Escribe: Philippe Sauval. Equipo de editores de “La Opinión Independiente”.
Un ensayo de reciente publicación se agota en las librerías uruguayas (*) Se ocupa de analizar y sobre todo entender la democracia en nuestro país, que desde el inicio califica como “la más igualitaria y próspera de la región “. Aporta todas las cifras comparativas que uno quiera imaginar, una mirada que por momentos parece exagerada. Una suerte de pudor o algo tan uruguayo como el bajo perfil o lo que los jóvenes llamarían “mala onda” se interpone entre esta percepción, seriamente fundamentada de dos autoras argentinas, con lo que aparece en la diaria vida entre nosotros. No recordamos encuestas recientes donde se le pregunte a los uruguayos cómo se ven a si mismos. Pero apostaría a que la opción “pequeño gigante” estaría peleando los últimos lugares de preferencia en la opinión publica.
Es cierto que somos pequeños cuando nos vemos rodeados de dos grandes en territorio y población. Aun así, no hemos logrado ponernos de acuerdo en cual debería ser la inserción internacional del país. Discutimos sobre el Mercosur, sobre los TLC, sobre como posicionarnos frente a los cambios en la geopolítica mundial. Pequeños y peleadores, como dice un viejo tema que hoy podemos escuchar con una sonrisa autocomplaciente. Y sin embargo nos ven como “gigantes” desde un país que sufre indices de pobreza, retraso social y económico gravísimos al punto de poner en cuestión la esperanza imprescindible que toda sociedad necesita para progresar.
En realidad, quienes vivimos dentro del país y respiramos su clima social y político no podemos festejar ninguna ventaja comparativa. La confrontación es dura, y es permanente. Una cosa es el Frente Amplio en el gobierno y otra como se comporta en la oposición. Los objetivos son distintos. En el primer caso el objetivo es el país, en el segundo la prioridad es ganar la siguiente elección. Dos cabos imposibles de atar. Es importante sin embargo separar el griterío opositor de su traducción al terreno opuesto, o sea al gobierno en caso de alcanzarlo ¿.Es necesario explicarlo con hechos concretos?
Quizás el caso más emblemático refiere a la relación del Frente Amplio con las plantas de celulosa instaladas en el país desde 2003. De oposición radical a apoyo radical, de un día para el otro, y sin despeinarse. Y como estaba involucrado un país vecino, nos tocó soportar un episodio internacional gravísimo durante largo tiempo, corte de puentes y juicio en La Haya incluidos. Y mientras se consideraban amigos ideológicos y hasta el día de hoy se sienten afines y admiradores de quienes nos bloquearon, hacían contactos con el imperio norteamericano para asegurarse su apoyo ante un eventual conflicto desigual. ¿Qué tal? ¡Bella coherencia! Terminaron años después autorizando una segunda planta. Y luego una tercera.
Vengamos a temas mas recientes. Frente al desfinanciamiento creciente del sistema de jubilaciones y pensiones, el FA se paró con aparente honestidad intelectual y sus dos lideres principales dijeron: “ sin duda alguna, va a haber necesidad de incrementar algunos años de trabajo, lo justifica que vivimos mucho mas que hace sesenta años”. El problema es que no encontraron el tiempo político para hacer esta reforma que veían tan clara. La vieron correctamente: era peligrosa, tenia evidentes costos políticos, y seria mucho mas fácil criticar al adversario político para sacarle partido de la impopularidad, que arriesgarse a hacer lo que había que hacer. Con un agravante: no tenían ni tienen coincidencia en lo que había que reformar. Mientras quien mandaba en la economía defendía el sistema de ahorro y reparto, el núcleo duro y militante se opone al mismo. Un agravante terminal. Nadie cree hoy que, en caso de volver al gobierno, el FA intente grandes cambios al sistema. El delirio de intentar terminar con el sistema de ahorro, que es parcial como todos sabemos, tendría no solo costos políticos elevados sino que generaría una situación extremadamente compleja en otros frentes. El gobierno tuvo el coraje de jugársela con una reforma a largo plazo, que entrará en vigencia dentro de muchísimo tiempo, y el cambio se realizará en forma lenta, evitando lesionar intereses genuinos pero modificando el curso de la curva de apoyo que necesita el sistema para subsistir. Y lo hizo en una experiencia de dialogo como nunca hubo otro, con participación de todos los interesados, gremios e instituciones de la sociedad civil incluidos. Con todos se conversó y prácticamente todos hicieron aportes que fueron necesarios para un producto final imprescindible.
Hay muchos uruguayos preocupados por el clima generado a partir de la “critica total”. Algunos creen que también en Uruguay vivimos una grieta, palabra muy utilizada para definir la realidad argentina. Si bien no hay dos situaciones iguales, pueden haber elementos perturbadores provocados por ese contínuo golpear a todo lo que se mueve en el gobierno nacional. Empezando por golpear al presidente. No han perdonado ni la pandemia! No hablan de ella, le tienen pavor, quizás porque como hemos salido de ella constituye un punto elevado de aprobación al gobierno. Aquí y afuera. Muy difícil de olvidar aquello de “muertes evitables”, una de las acusaciones más graves que pueden adjudicársele a un adversario político. Acusación que mantienen, increíblemente. ¡Ahora tampoco han perdonado la peor sequía desde que se llevan registros! Hasta interpelan senadores para intentar demostrar que ellos hicieron todo lo correcto y el gobierno es el verdadero responsable de que tengamos que tomar agua salada: ¡qué tupé! Si tenían el dinero para hacer la inversión que requería una solución al problema del agua -decenas de millones de dólares – y optaron por el Antel Arena para complacer y construir la carrera a la presidencia de la señora Cosse. Hermoso escenario si los hay, pero era más importante el agua. En los hechos, no en el discurso solamente. Con su clásica habilidad para tirar la pelota al obol, Mujica admite ahora que se durmieron. Está claro que estaban muy despiertos invirtiendo el dinero de la empresa más próspera del Estado uruguayo en la carrera política de la presidenta de Antel.
Los discursos pueden causar muchos despistes, pero se los lleva el viento. Lo que queda son los hechos. ¿O no? La aspiración de la oposición es que los discursos queden, que lentamente vayan generando un estado de opinión que sea conveniente para sus objetivos de retornar lo antes posible al gobierno. Así, lo bueno hay que ignorarlo, lo regular criticarlo siempre, lo malo profundizarlo, dramatizarlo, insistir en difundirlo para que cale hondo en la opinión publica. E interpretarlo correctamente: lo malo del gobierno no serán errores, serán producto de una ideología retrógrada, conservadora, anti popular. Que ellos conocían y anunciaron desde siempre.
Aún así las cosas, la buena noticia es que la esperanza se mantiene. A pesar de tanto esfuerzo, el presidente Lacalle Pou y su gobierno de Coalición Republicana avanza en todos los frentes con los motores a fondo. Avanza en obras, avanza en el cumplimiento de sus promesas electorales, de todas las promesas electorales. A pesar del griterío. A pesar de los errores no forzados, o propios. Que los hay, claro que los hay. Son notorios. Pero el Uruguay que empuja hacia adelante es tanto o más notorio y visible que este otro. Por eso el “pequeño gigante” sorprende en América Latina. Con los aportes esenciales de unas cuantas obras de los gobiernos frentistas que el Partido Independiente apoyó. Y hasta el ultimo día: quedan reformas por hacer, quedan pasos muy importantes para dar, estamos felizmente trabajando en lograr avances en la reforma del Estado, la que fue pomposamente llamada “la madre de todas las reformas”, definición graciosa si no fuese engañosa, como lo son todas las que se anuncian y no se tiene la decisión política ni el expertise de concretarse. Es que sacudir el conservadurismo y pisar los callos que hay que pisar para hacer avanzar a toda la sociedad hacia un futuro mas justo, equitativo y solidario requiere de coraje y desprendimiento. Y colocar los intereses del país por encima de los intereses particulares, siempre.
(*) Laboratorio Uruguay. El pequeño gigante que sorprende en América Latina.
Por Silvia Naishtat y Maria Eugenia Estenssoro.
2023 Penguin Random House Grupo Editorial, Buenos Aires